Equipos, tecnología y métodos para una agricultura de precisión

Arados, gradas y cultivadores se utilizan para preparar el lecho de siembra, mejorar la infiltración de agua y gestionar el rastrojo de los cultivos, creando condiciones óptimas para la germinación.

Los pulverizadores, ya sean suspendidos, remolcados o autopropulsados, permiten la aplicación selectiva de productos fitosanitarios para proteger los cultivos del estrés biótico causado por enfermedades y plagas.

Las cosechadoras de cereales o de forraje son máquinas de alta capacidad, modernas y avanzadas, diseñadas para minimizar las pérdidas en campo y cosechar eficientemente cultivos maduros.


Las prácticas agrícolas evolucionan constantemente para cumplir con los imperativos de sostenibilidad y eficiencia. El objetivo es producir más, preservando la salud del suelo y el medio ambiente, basándose en una mejor comprensión de los ecosistemas.

Este enfoque minimiza la labranza, mantiene una cubierta vegetal permanente y promueve la diversificación de cultivos para mejorar la fertilidad biológica y la estructura del suelo.

La siembra directa sobre cubierta vegetal limita la erosión hídrica y eólica, a la vez que aumenta la capacidad de secuestro de carbono del suelo.

Sistemas como el riego por goteo o por pivote, controlados por sensores y estaciones meteorológicas, proporcionan el balance hídrico adecuado, reduciendo el desperdicio.

El sector agrícola integra tecnologías avanzadas para perfeccionar las operaciones y optimizar el uso de insumos. La agricultura de precisión utiliza datos geoespaciales para ajustar la aplicación de insumos según las necesidades de cada zona de la parcela. La robótica agrícola, por su parte, está automatizando tareas complejas como el deshierbe selectivo, allanando el camino para explotaciones más autónomas.